A Broken Arm of an Island
31st May – 5th October, 2019
Parra & Romero presenta la tercera exposición de la galería con Thomas Scheibitz y su primera muestra en nuestro espacio de Ibiza.
En las formas afiladas de los contornos de sus obras, podemos intuir su interés por definir espacialmente los elementos que estructuran la composición. En este gusto por la forma, la obra del artista, a pesar de su evidente interés por la abstracción, no rompe por completo su vínculo con la realidad pero tampoco se adhiere a los presupuestos del naturalismo.
Su obra pone en cuestión la relación de aparente dicotomía que existe entre abstracción y figuración. Scheibitz crea su propio sistema, generando contornos y colores, que diluyen el objeto representado y lo recomponen dentro de un nuevo entorno pictórico, aunque manteniendo un vínculo con el mismo que permite intuirlo en última instancia.
En A Broken Arm of an Island, Scheibitz interpreta su idea de Ibiza como pieza de un puzzle nunca acabado. En alguna ocasión, él ha denominado su estrategia de creación como un proceso de “construcción tectónica”. Lo tectónico implica la deformación de algo, una mecánica física y natural que deforma el objeto observado. Por otro lado, la idea de lo construido hace hincapié en el proceso de la acción creativa. Ibiza es, en sí misma, una unidad mínima de convivencia, un espacio geopolítico con una entidad propia que se ha ido forjando con el pasar de los siglos y donde cualquier aproximación a una representación debe ser fragmentaria.
El paisaje es un habitual punto de partida para el artista. Sin embargo, Scheibitz no está particularmente interesado en el paisaje como género, sino que más bien lo usa como excusa para generar ese rico espacio pictórico en el que se conjugan los planos de color y los espacios intersticiales que en su obra cobran protagonismo. Scheibitz genera paisajes artificiales que enfatizan la idea de la vida humana en una especie de naturaleza subrogada. Entiende la pintura como la fabricación de una segunda naturaleza, como si estuviese por derecho emplazada en un mundo artificial. Generalmente los paisajes que representa en sus obras suelen ser tierras yermas; espacios de soledad y reposo. Todos estos temas juegan un papel fundamental en la obra de Scheibitz y el observador no es ajeno a lo que está sucediendo en la escena. Por el contrario, está familiarizado con algunos de los elementos que la componen. En esta exposición el artista busca generar nuevas relaciones de diálogo entre su obra pictórica y escultórica, conjugando ambas disciplinas para crear un relato sobre su experiencia con la isla de Ibiza.
Parra & Romero presents the gallery’s third exhibition with Thomas Scheibitz and his first solo show in our space in Ibiza.
In the sharp forms of the contours of his works, we can glimpse his interest in spatially defining the elements that structure the composition. In this taste for form, the artist’s work, despite its evident interest in abstraction, does not completely break its link with reality, although it does not adhere to the presuppositions of naturalism. His work questions the relation of seemly dichotomy that exists between abstraction and figuration. Scheibitz creates his own system, generating contours and colors that dissolve the represented object and recompose it in a new pictorial cosmos but maintaining a link with it that allows to intuiting it at the very end.
In A Broken Arm of an Island, Scheibitz takes his idea of Ibiza as an unfinished process. In some occasion, he denominated his creative strategy as a “tectonic construction”. Tectonic implies the deformation of something, a physical and natural mechanic that deforms the observed object. On the other hand, the idea of construction emphasizes the processual aspect of creative action. Ibiza itself is a minimal unit of cohabiting, a geopolitical space with its own entity that has been forging over the centuries, and all approaches to a representation of the island would be fragmentary.
The landscape is an usual starting point for Scheibitz. However, he is not particularly interested in landscape as a genre, but uses more as an excuse to generate those rich pictorial spaces in which color surfaces and interstitial spaces are conjugated, taking a central role on his work. Scheibitz creates artificial landscapes which emphasize in the idea of human life as part of a subrogated nature. He understands painting and sculpture as the fabrication of a second nature, as if it was emplaced in an artificial world by right. Generally, the landscapes he represents in his works are usually barren lands or other spaces of solitude.
All those tropes play a fundamental role in Scheibitz work. The observer is not oblivious to what is happening in the scene, he is familiar with some of the elements that compose it. In this exhibition the artist seeks to generate new relationships or dialogues between his pictorial and sculptural work, combining both disciplines to create a story about his experience of Ibiza.