20°
19 April – 27 July , 2018
El trabajo del artista suizo Stéphane Dafflon se caracteriza por estar concebido en relación y a partir del espacio expositivo. Esta permeabilidad de las obras con respecto a la arquitectura del lugar, unida al hecho de que éstas modifican la percepción espacial del espectador, alejan el trabajo de Dafflon del formalismo, pese a compartir numerosos rasgos con la abstracción
clásica del siglo XX.Los veinte grados que dan título a su exposición individual en Parra & Romero corresponden a la inclinación que todas las piezas comparten respecto a la horizontal, y cuyo origen es la barandilla y rampa de acceso a la galería. A partir de esta circunstancia arquitectónica, Dafflon despliega toda una muestra de lienzos inclinados que, además, aparecen partidos para contener dentro de sí los vanos de los muros, puertas y columnas. El pilar situado en la sala principal también juega un papel respecto a la articulación de las pinturas, ya que aparece reflejado en todas ellas en forma de banda de color más oscuro, como si se tratase de una sombra proyectada de manera imposible. El motivo empleado en los lienzos proporciona al espectador una retícula que ayuda a no perder la referencia de la horizontal y la vertical, al mismo tiempo que las líneas –más anchas o más estrechas en cada uno de los cuadros- hacen el efecto de estar siendo vistas a diferentes distancias. La horizontal también se encuentra marcada por un cambio de color que se da en todas las obras a 140 cm del suelo: la altura de la mirada y aquella a la que se concibieron inicialmente los cuadros, antes de experimentar el giro.
La exposición en su conjunto juega con las ideas de repetición y variación, generando un ritmo visual a partir de la imbricación entre lo arquitectónico y lo pictórico. Dafflon desafía la neutralidad del cubo blanco al activar el espacio expositivo y la posición del espectador como agentes partícipes de la obra –o viceversa-. Podría decirse que las pinturas se generan a partir de un espacio concreto y con ocasión de una exposición, para posteriormente convertirse en obras autónomas, adaptables a diversos contextos.
También los colores y motivos empleados habitualmente por el artista en sus obras las conectan con otros ámbitos que van más allá del arte puro, expandiendo los campos de la abstracción. Éstos son sencillos y a la vez atractivos y alegres, apropiándose los códigos visuales del diseño industrial, la composición de las imágenes digitales hechas por ordenador y el aspecto llamativo de los medios de comunicación de masas. Dafflon genera este tipo de motivos por ordenador y después los traslada al trabajo manual de la pintura, en un intento utópico pero afortunado de hacer coincidir la realidad con la precisión de las matemáticas.
Stéphane Dafflon (Neyruz, Suiza, 1972) se graduó en la ECAL (École cantonale d’art de Lausanne) en 1999, donde ejerce la docencia desde 2001. Ha mostrado su trabajo en exposiciones individuales en Le Plateau – FRAC Île de France en París, Freiburg Art Center, MAMCO de Ginebra, FRAC Aquitaine en Burdeos, the Institute of Contemporary Art en Copenhague y Villa Arson en Niza, entre otros. Su obra forma parte de colecciones como Daimler Art Collection, Berlín y Stuttgart;Kunsthalle Weishaupt, Ulm; Artothèque de Villeurbanne; Fonds National d’Art Contemporain – FNAC, Puteaux; FRAC Poitou-Charentes, Angoulême; FRAC Aquitaine, Burdeos / frac Île-de-france, París; FRAC Franche-Comté, Besançon; FRAC Pays de la Loire, Carquefou; Fonds cantonal d’art contemporain (FCAC), Ginebra; Fonds d’art contemporain de Ginebra (FMAC); Musée cantonal des Beaux-Arts, Lausana; Collection Kunsthaus, Aarau, Suiza.
The work by the Swiss artist Stéphane Dafflon is characterized by being conceived in relation and from the exhibition space. This permeability of the works with respect to the architecture of the place, together with the fact that they modify the spatial perception of
the viewer, moves Dafflon’s work away from formalism, despite sharing many features with the classical abstraction of the 20th Century.
The twenty degrees that give title to his individual exhibition in Parra & Romero correspond to the inclination that all the pieces have with respect to horizontal, and whose origin is the railing and access ramp to the gallery. From this architectural circumstance, Dafflon deploys a whole display of inclined canvases that, in addition, appear split to contain inside of them the openings of the walls, the doors and the columns. The pillar located in the main room also plays a role with regard to the articulation of the paintings, since it appears reflected in all of them in the form of a band with a darker color, as if it were a shadow projected in an impossible way. The pattern employed at the canvases provides a referential grid for the viewer to stay aware of the horizontal and vertical, with the lines being wider or thinner in each painting, as if the pattern was zoomed in and out. The line of the horizon is also remarked by a change of color in every painting at 140 cm from the floor: the height of the look and the height in which the paintings are conceived, before being twisted.
The exhibition as a whole plays with the ideas of repetition and variation, generating a visual rhythm from the imbrication between the architectural and the pictorial. Dafflon challenges the neutrality of the white cube by activating the exhibition space and the position of the spectator as agents participating in the work – or vice versa. The paintings are thus originated in the architectural environment and the precise occasion of the show
to become later autonomous artworks that could adaptate to different contexts.
Also the colors and motifs usually employed by the artist in his works connect them with other fields that go beyond pure art, expanding the fields of abstraction. These are simple and at the same time attractive and cheerful, appropriating the visual codes of industrial design, the composition of digital images made by computer and the appealing look of the mass media. Dafflon creates this kind of motives at his computer and then takes
them to the hand-work of painting, in an uthopic though fortunate attempt to make reality match the precision of mathematics.
Stéphane Dafflon (Neyruz, Switzerland, 1972) graduated from the ECAL (École cantonale d’art de Lausanne) in 1999, where he has been teaching since 2001. He has showed his work in solo exhibitions at Le Plateau – FRAC Île de France in Paris, Art Center of Fribourg, MAMCO of Geneva, FRAC Aquitaine in Bordeaux, the Institute of Contemporary Art in Copenhagen and Villa Arson in Nice, among others. His work is part of collections such as Daimler Art Collection, Berlin and Stuttgart; Kunsthalle Weishaupt, Ulm; Arthotèque de Villeurbanne; Fonds National d’Art Contemporain – FNAC, Puteaux; FRAC Poitou-Charentes, Angoulême; FRAC Aquitaine, Bordeaux / frac Île-de-france, Paris; FRAC Franche-Comté, Besançon; FRAC Pays de la Loire, Carquefou;
Fonds cantonal d’art contemporain (FCAC), Geneva; Fonds d’art contemporain de Geneva (FMAC); Musée cantonal des Beaux-Arts, Lausanne; Kunsthaus Aarau, Switzerland.