CALLUM INNES | MADRID
Opening 29 Feb – 4 May
Parra & Romero se complace en presentar su segunda exposición individual con Callum Innes (Edimburgo, 1962), uno de los principales exponentes de la pintura abstracta contemporánea: una selección reciente de sus famosas Exposed Paintings o “pinturas expuestas”. En ellas, el resultado se revela a través del “despintado” de capas de pigmento superpuestas: la pintura no se construye, sino que se descubre mediante la sustracción. Así, a través de un equilibrio preciso entre el control y la fluidez, Innes ofrece un corpus donde confluyen piezas potentes y enigmáticas.
Como bien indica el historiador Éric de Chassey -recordando la discusión sobre la “muerte de la pintura” que asaltó a la sociedad artística de la década de 1960 a partir de la profusión de monocromos-, Callum Innes es el pintor que logró suceder a esa muerte, porque sus obras, justamente, se completan traspasando esos planos de color en apariencia infranqueables. Para Innes, un lienzo saturado no es el punto de llegada sino el de partida, desde donde el artista empieza a sustraer capas de pigmento con trementina, generando a su paso profundidades y texturas inalcanzables de otro modo.
Formalmente y más allá de la composición final de las piezas, el artista considera que sus obras exceden lo puramente geométrico, pues en ellas se plasma la profundidad que refleja el proceso de creación, dándoles una cualidad única. “Si solo fuesen simples figuras geométricas”, advierte, “no tendrían esa fragilidad” que se percibe al mirarlas. No deja de ser curioso que, así como destaca la fragilidad intrínseca que subyace a sus obras, también lo hace en relación al control que requiere la ejecución. Ese espacio liminal que se encuentra entre la precisión y el espacio mínimo -aunque fundamental- para lo fortuito se percibe al enfrentarnos a sus pinturas. Un gesto indomable dentro de un plan meticuloso. Al respecto, la aplicación y sustracción de capas es precisa, con brochazos decididos y en líneas rectas; realizándose en un momento determinado, a caballo entre la aplicación de la pintura mojada y su secado total, para que el efecto al aplicar la trementina sea el buscado. Una técnica que Innes ha dominado a través de años de práctica y hoy ejecuta en pinturas de procesos complejos, algunas de ellas con casi una decena de capas de pintura en total.
Como artista deudor de movimientos como el minimalismo y el arte concreto, la forma que toman sus obras se vuelve, también, fundamental. Al respecto, en esta exposición el artista vuelve a presentar solo obras cuadradas, luego de un proceso de investigación de tondos que exhibió el año pasado. Resulta útil en este punto recordar a la comisaria Fiona Bradley y su análisis sobre el carácter objetual de la obra de Innes. Para ella, en él no se trata de figuración vs. abstracción, sino de imagen vs. objeto. En este sentido, sólo resulta natural que un artista que se entrega a los procesos en profundidad y sigue apostando por la materialidad ante la avanzada digital, explore tanto las formas que habitan sus obras así como los soportes que las contienen. En Innes, las obras cuadradas no son un formato por default, sino una decisión meditada.
Callum Innes estudió dibujo y pintura en el Gray ‘s School of Art en la década del 80 y realizó un posgrado en el Edinburgh College of Art en 1985. Su carrera supera el centenar de exposiciones individuales a lo largo de casi cuatro décadas de trabajo continuo; y sus obras forman parte de más de 50 colecciones de renombre mundial, entre las cuales destacan la Tate Gallery de Londres, el Kunstmuseum de Berna, las Galerías Nacionales de Escocia, el Museo Solomon R. Guggenheim de Nueva York, el Centro George Pompidou de París, El Museo Irlandés de Arte Moderno, El Museo de Bellas Artes de Houston, el Museo de Arte Moderno de Fort Worth, El Museo de Arte Moderno de San Francisco, La Galería Nacional de Australia, la Galería de Arte Albright-Knox de Buffalo, la Galería de Arte de Ontario y el Deutsche Bank. Vive y trabaja entre Oslo y Edimburgo.
Parra & Romero is pleased to announce its second solo exhibition with Callum Innes (Edimburg, 1962), one of the leading exponents of contemporary abstract painting: a recent selection of his famous Exposed Paintings. In them, the result is revealed through the “unpainting” of overlapping layers of pigment: the painting is not constructed, but rather uncovered through subtraction. Thus, through a precise balance between control and fluidity, Innes offers an oeuvre where powerful and enigmatic pieces converge.
As historian Éric de Chassey accurately points out -recalling the discussion on the “death of painting” that took the artistic society of the 1960s by storm after the profusion of monochromes- Callum Innes is the painter who succeeded in overcoming that death, because his works, precisely, are completed by going beyond those apparently unsurpassable color blocks. For Innes, a saturated canvas is not the finishing point but the starting one, from where the artist begins to subtract layers of pigment with turpentine, generating depths and textures that would otherwise be unattainable.
Formally and beyond the final composition of the pieces, the artist considers that his works exceed the purely geometric, as they reflect the depth of the creative process, giving them a unique quality. “If they were just simple geometric figures,” he warns, “they would not have the fragility” that is perceived when looking at them. It is curious that, just as he emphasizes the intrinsic fragility that underlies his works, he also does so in relation to the control required for their execution. That liminal space that lies between precision and the minimum -though fundamental- space for the fortuitous is perceived when facing his paintings. An indomitable gesture within a meticulous plan. In this regard, the application and subtraction of layers is precise, with decisive brushstrokes and straight lines; carried out at a certain moment, halfway between the application of the wet paint and its total drying, so that the effect when applying the turpentine is the desired one. A technique that Innes has mastered through years of practice and today executes in paintings of complex processes, some of them with almost a dozen layers of paint in total.
As an artist indebted to movements such as minimalism and concrete art, the form his works take also becomes fundamental. In this regard, in this exhibition the artist presents again only square works, after a research process of tondos that he exhibited last year. It is useful at this point to recall curator Fiona Bradley and her analysis of the objectual character of Innes’ work. For her, his work is not about figuration vs. abstraction, but about image vs. object. In this sense, it is only natural that an artist who is committed to in-depth processes and remains invested in materiality in the face of the digital advance, should explore both the forms that inhabit his works as well as the mediums that support them. For Innes, square works are not a default format, but a meditated decision.
Callum Innes studied drawing and painting at Gray’s School of Art in the 1980s and completed a postgraduate degree at Edinburgh College of Art in 1985. His career exceeds one hundred solo exhibitions over nearly four decades of continuous work; and his works are part of more than 50 world-renowned collections, including the Tate Gallery in London, the Kunstmuseum Bern, the National Galleries of Scotland, the Solomon R. Guggenheim Museum in New York, the Centre George Pompidou in Paris, the Irish Museum of Modern Art, the Museum of Fine Arts, Houston, the Modern Art Museum of Fort Worth, the San Francisco Museum of Modern Art, the National Gallery of Australia, the Albright-Knox Art Gallery in Buffalo, the Art Gallery of Ontario and Deutsche Bank. He lives and works between Oslo and Edinburgh.